Eran
las cuatro de la tarde, estaba por darme por vencida por no encontrarlo, lo
había buscado por algún tiempo pero este se acababa, en unos días seria su
cumpleaños y no sabía si mi regalo lo encontraría en el momento oportuno,
quería regalarle algo que pudiera recordar y sin darme cuenta ahí estaba,
sentado con un gorro algo pequeño para su cabeza, sus arrugas, su cabello
blanco y negro, los signos de una experiencia vivida, se parecía mucho a él,
tenía sus rasgos, los rasgos que me enamoraron, que sabía que perduraran en él
cuándo envejezca, el padre perdido, mi novio lo había buscado hace mucho tiempo
sin éxito, una historia que podía ayudarle a concluir. Tenía que ver la forma
de acercarme y no ahuyentarlo, como un ciervo antes que un cazador lo atrape. El
plan se me vino como una descarga en la cabeza, sabía qué hacer, sabia como
proceder. Lo ayudare a dar fin a esta historia.
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